miércoles, 20 de octubre de 2010

A tí...

 A ti...
Que me has acompañado
en cada paso de mi vida.
Que en los momentos dolorosos
 siempre has estado ahí.
 A ti…
Que me has llevado de la mano
entretejiendo caminos
y vislumbrando senderos.
A ti, que me has enseñado
a mirar con los ojos del alma,
 cuando a simple vista
no había nada digno de mención.
porque a travès de ti,
he dejado a mi alma volar libre
he aprendido a sentir el universo mismo
todo aquello que no puedo tocar
pero sè que està ahì;
como a diario el sol se oculta...
pero siempre volverà a brillar al dìa siguiente...
A ti…
Que en los momentos más oscuros
me llevaste de la mano  
y encendiste para mí,
la más bella luz del firmamento
en el fulgor embriagante
de aquel enorme lucero
que tiritaba con destellos azules
en la inmensidad del cielo…
A ti…
Que me hiciste apreciar,
la suave brisa mañanera
 y adorar el esplendor de un amanecer
en la playa,
describir en bellas metáforas
 el vuelo errático de aquella gaviota herida,
 que aleteando con su último aliento
luchaba por llegar a su destino sin final.
 A ti…
 Que me enseñaste  a navegar
en medio de la tempestad,
siendo tú siempre la brújula
que marcara mi rumbo
 y me señalara el camino.
A ti…
Que me enseñaste a transformar
la miseria en virtud…
El dolor en esperanza…
 A  ti…
Que has llenado mi vida de sonrisas,
de los cantos de golondrinas viajeras,
A  ti que has transformado
los cardos en rosas,
y el invierno en primavera…
A ti, yo te bendigo
 y te entrego el alma entera.
A ti te digo mi amiga,
que más allá de la eternidad,
 sólo tú perdurarás en mi alma,
cual mágica melodía
que me acompañará por siempre,
 que sólo tú jamás me traicionarás
 ni por mì serás olvidada,
porque eres parte de mí
 fluyes  en mis arterias,
 sólo a ti… amada poesía  te digo:
¡Bendita seas…!