Xlll
¡Ay, de aquel viejo baúl desvencijado
que en el sucio desván permanecía!
Nadie quiso saber qué contenía
y quedó mucho tiempo ahí... olvidado
Guardando aquel tesoro tan preciado
en cruel desolación se deshacía
el óxido sus clavos corroía…
a paso por demás acelerado.
Convulso... aquel baúl se desarmaba
en el triste desván húmedo y frío
crujidos lastimeros suspiraba.
Asqueado del olvido tan impío
a veces parecía que hasta sangraba
dejándose vencer por el hastío…
XlV
Dejándose vencer por el hastío…
Y a punto de expirar decepcionado,
un niño lo encontró y emocionado
calmó así su dolor, su desvarío…
Quitó los cerrojos y el candado
y fue vaciando todo el contenido,
al fondo del baúl vio sorprendido
un libro por su abuela dedicado.
Un libro amarillento y empastado
con bordes por termitas carcomido
y un calendario azteca dibujado.
Un título borroso y deslucido
cuya inscripción decía lo dedicado:
Si mañana, después que me haya ido…
XV
Si mañana, después que me haya ido…
Rezaba el primer verso del soneto
y el niño se admiró de ser el nieto
de la autora de aquel libro tan raído.
Leyó con avidez tanta poesía
historias, que sus sueños despertaron
y no pudo entender por qué enclaustraron
en un desván un mar de fantasía…
Abrazó su tesoro agradecido
de que el tiempo lo hubiese preservado
en el viejo baúl ahí escondido.
Sol Azteca es el nombre que ha firmado
Dime madre, ¿es verdad lo que he leído?
¿De mi abuela este libro es mi legado?
XVl
De tu abuela ese libro es tu legado
es tu herencia de amor hecha poesía,
es el mundo de luz y fantasía
que mi madre al morir nos ha dejado.
Hijo mío suplico tus perdones
por haberlo apartado de tu vista,
más no pienses que fue por egoísta;
fue por salvaguardar tus emociones.
Al leer los poemas ahí escritos
nunca pude evitar soltar el llanto
y ahora veo lo mismo en tus ojitos.
Sol Azteca con su pluma nos dio tanto,
y dio luz a los cielos infinitos
Su poesía fue a la vida un dulce canto.
06 de Marzo 2011
