se revuelve, y se niega a ser olvido
de aquel tiempo fugaz que ya se ha ido,
sin dejar ningún rastro de su historia...
El recuerdo sublime de esa tarde,
contemplando la espuma de la estela
que dejaba la barca izando vela,
cuando huí de tus brazos cual cobarde.
Te quedaste, hoy tengo la certeza
contemplando marcharse aquel navío,
con profundo dolor y gran tristeza.
Fue infame mi pecado haberme ido
y hoy pago un duro precio a mi torpeza
No es mío tu recuerdo; ya es olvido…
27 de Mayo 2010
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